<p>Todavía continúan vigentes los prejuicios o el rechazo, pese a tratarse de la vigésimo cuarta edición de esta cita madrileña o de una matraca habitual en entornos educativos y culturales. Pero como subraya la <strong>directora artística Clara Pérez</strong>: «Es curioso cómo los clásicos anglosajones gozan de amplio reconocimiento popular; ¡quién no ha oído hablar de Romeo y Julieta!». Sin embargo, aún «seguimos en deuda con nuestros dramaturgos del Siglo de Oro, que no han alcanzado la misma difusión ni cercanía con el gran público».</p>
Clásicos en Alcalá reivindica la dramaturgia de los siglos XVI y XVII, con más de 20 estrenos y 62 compañías nacionales e internacionales
Todavía continúan vigentes los prejuicios o el rechazo, pese a tratarse de la vigésimo cuarta edición de esta cita madrileña o de una matraca habitual en entornos educativos y culturales. Pero como subraya la directora artística Clara Pérez: «Es curioso cómo los clásicos anglosajones gozan de amplio reconocimiento popular; ¡quién no ha oído hablar de Romeo y Julieta!». Sin embargo, aún «seguimos en deuda con nuestros dramaturgos del Siglo de Oro, que no han alcanzado la misma difusión ni cercanía con el gran público».
Como antídoto, sirva el veterano Festival Clásicos en Alcalá, que ya desde 2021 se bautizó con otra denominación y un enfoque más precisos, a iniciativa del anterior director y hoy consejero de Cultura, Turismo y Deportes, Mariano de Paco. Tomó el testigo Clara Pérez en 2024 y ahí brega un año más, desde el 13 de junio al 6 de julio, el Festival Hispanoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid. Para saldar carencias y reivindicar el trato merecido al insólito acervo áureo. Pues entre artistas es apreciado, también, al otro lado del planeta: de las 86 funciones, con más de 20 estrenos, que presentan este año las 62 compañías teatrales, las hay que provienes de Colombia, Uruguay, México, Bolivia, Argentina, Venezuela, Estados Unidos o Canadá.
Aquí y allá, es análoga «la mirada a los clásicos desde el respeto. Hablamos todos el mismo idioma, rico en matices y acentos musicales. Nos entendemos. Hay propuestas de Latinoamérica de una gran belleza en cuanto a la forma y muy rigurosas en el trabajo, lo que evidencia un profundo compromiso artístico», explica la maestra de ceremonias. Mientras que «en España contamos con una sólida tradición en el tratamiento del verso, gracias a directores como Tamayo, Marsillach o Narros, que durante el siglo XX sentaron las bases de una auténtica escuela. Su legado nos ha permitido abordar el verso con naturalidad y rigor, lo que hoy nos da libertad para reinterpretar los clásicos desde una perspectiva contemporánea». Como bien mostrarán formaciones como Nao d’Amores, Fundación Teatro de La Abadía, Ron Lalá, Teatro Círculo de Nueva York, la Compañía Nacional de Teatro de México o The Cross Border Project.
Sólo falta que la ceremonia, ese encuentro teatral, se complete con las mismas miras en el otro lado, es decir, en el patio de butacas. «Yo, al público, le diría: ‘Ve al teatro con los brazos abiertos, déjate llevar por la historia y viajarás al lugares insospechados dentro de ti’». No en vano el acento, en esta ocasión, se ha fijado en situar al espectador «como centro del hecho escénico». Para que cada una de las representaciones desplegadas en una quincena de espacios escénicos y monumentales de Alcalá de Henares (Teatro Salón Cervantes, Corral de Comedias, Museo Casa Natal de Cervantes…), sean «únicas e irrepetibles».
Ya sea a través del teatro, la danza, la poesía, el circo, el folclore, los títeres, la música en directo, las exposiciones o las 13 conversaciones programadas para después de las funciones. «Cuanto más se conozca el proceso creativo -las dudas, los hallazgos, las decisiones-, mejor podremos comprendernos y más ganas tendremos de volver al teatro», confía Clara Pérez, que también ha apostado por el teatro de calle, por «un festival para vivirlo». Apunta: «Queremos que sea una experiencia festivalera para quienes se acerquen a Alcalá. Una invitación a dejarse llevar, a explorar, a dejarse sorprender».
Para redondear, la propia directora aconseja a novatos y avezados, entre el amplio repertorio del Festival. Se puede empezar por La Desconquista, de Ron Lalá; el estreno de Mira que te has de morir, mira que no sabes cuándo, en un concierto dibujado de la cantante Sofía Comas y del Premio Nacional Javier Olivares, o por El que tropieza y no cae, de Impromadrid. «Quien venga por primera vez con la idea de que va a aburrirse, y vea alguno de estos títulos, repetirá seguro», promete. Mientras, para los curtidos destaca el estreno de Numancia, de Miguel de Cervantes y dirigido por José Luis Alonso de Santos; la adaptación de La gitanilla, la primera novela ejemplar del mismo alcalaíno que adapta la uruguaya Mariana Wainstein, o La vis cómica, del argentino Mauricio Kartum, «un referente del teatro latinoamericano, maestro de maestros».
La ambición responde también a «un mayor presupuesto» esta vez, que ha impulsado «un crecimiento, la ampliación de la programación, la visibilidad en España e Hispanoamérica y la consolidación del proyecto». Y ya en marcha, el 25 aniversario.
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