<p>La editorial Anagrama ha anunciado en un comunicado que ha rescindido el contrato para la edición de <i>El odio </i>que lo unía con su autor Luisgé Martín. «La editorial Anagrama informa de la extinción del contrato de edición para la publicación y distribución de <i>El odio. </i>Tras<strong> la finalización de la relación contractual, todos los derechos de la obra, cedidos en su día a la editorial, vuelven a ser propiedad del autor</strong>», se lee en el texto de la editorial. Luisgé Martín no aparece citado en el texto.</p>
El sello anuncia que «los derechos de la obra, cedidos en su día a la editorial, vuelven a ser propiedad del autor»
La editorial Anagrama ha anunciado en un comunicado que ha rescindido el contrato para la edición de El odio que lo unía con su autor Luisgé Martín. «La editorial Anagrama informa de la extinción del contrato de edición para la publicación y distribución de El odio. Tras la finalización de la relación contractual, todos los derechos de la obra, cedidos en su día a la editorial, vuelven a ser propiedad del autor«, se lee en el texto de la editorial. Luisgé Martín no aparece citado en el texto.
El sello tampoco da una versión de los hechos ni una visión de conjunto que han llevado hasta la cancelación del contrato. Sí recuerda que paralizó «el lanzamiento y la distribución de El odio el pasado 21 de marzo. Después de la denegación judicial posterior, en dos ocasiones, de la petición de medidas cautelares de la Fiscalía que solicitaba esa paralización, la editorial mantuvo voluntariamente la suspensión de la distribución de la obra, que ahora confirma que es definitiva».
El texto incluye al final unas líneas de reflexión: «Desde su fundación en 1969, Anagrama ha apostado por una literatura que invita a la reflexión y al debate tanto en el ámbito ético como en el social. En este contexto, la editorial cree que, en una sociedad democrática, debe existir un equilibrio entre la libertad creativa como derecho fundamental y otros principios morales. Por ello, considera que las obras que se inspiran en hechos reales requieren de una dosis doble de respeto y sensibilidad«.
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