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  Cine  Janet Novás, Premio Nacional de Danza: “En Madrid no tengo dónde ensayar”
Cine

Janet Novás, Premio Nacional de Danza: “En Madrid no tengo dónde ensayar”

octubre 18, 2025
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Janet Novás (O Porriño, Pontevedra, 43 años) sale por la boca del metro de Bilbao, en Madrid, un jueves de octubre a mediodía. Hace una semana, junto a Guillermo Weickert, recibió el Premio Nacional de Danza, ella en modalidad de interpretación y Weickert en la de creación. Y en 2024, Novás ganó el Goya a la mejor actriz revelación por O corno, la película de Jaione Camborda. Entra en el Café Comercial, donde se encuentra a una vecina de su pueblo, O Porriño, y pide un agua con gas. Su nombre se lo debe a Jeanette y aquel éxito suyo, Por qué te vas. También Novás, antes de rodar una película que le dio el premio Goya, pensó en irse. De la danza, y hasta creó una pieza de despedida.

Pregunta. ¿Su familia tiene alguna relación con el baile?

Respuesta. No, mi padre trabaja en una ferretería en Vigo y mi madre es costurera.

P. ¿Y usted cuándo supo que su relación con el cuerpo era diferente a la del resto?

R. Desde el minuto uno. Fue clarísimo. Yo creo que los niños tenemos algo, algo a lo que en mi obra intento siempre volver, que tiene ver con una claridad muy grande. Para mí el cuerpo siempre fue como un lugar de fuga, de salvación: una manera de expresarme como otros se expresan con la palabra. Nunca fue extraordinario: siempre lo sentí natural.

P. ¿Cómo?

R. Tenía algo muy conectado con la emoción. Yo entré a través de la forma, la rítmica, el baile gallego. Pero a mí me interesaba mucho lo que pasaba debajo, o sea, la emoción. Una vez, de niña, bailábamos en unas fiestas en A Guarda. Yo era muy chiquitita. Recuerdo estar delante en el palco, bailando y pisando muy fuerte. Y yo decía: “Tengo la capacidad de atravesar los cuerpos de esta gente con lo que estoy sintiendo ahora mismo”. Y empecé a jugar como una niña, como quien coge un juguete y se pone a ver si pasa algo potente.

Yo he creído en la capacidad que tengo de despertar los cuerpos, de hacerlos vibrar»

P. Un talento.

R. Hay algo muy animal, muy primitivo. Cada uno tiene una capacidad y la vas descubriendo poquito a poco. Yo he creído en la capacidad que tengo de despertar los cuerpos, de hacerlos vibrar.

P. Reivindica usted que no hay nada que entender en su danza. No hay que entender las cosas, a veces basta con sentirlas.

R. ¿Hoy en día tú entiendes algo de lo que está pasando en el mundo? Entonces yo parto de ese viaje, desde la emoción, para luego entender.

Janet Novas, el pasado 9 de octubre.

P. ¿Y entiende?

R. El cuerpo me trae mucha verdad. El cuerpo no miente. Tú puedes mentir con la palabra, pero con el cuerpo no.

P. ¿Es intuición?

R. Para mí, el cuerpo es como un territorio arqueológico sobre el que estoy trabajando. Y siendo muy poco consciente de lo que estoy haciendo. Y sí, siempre me he dejado llevar mucho por mi intuición. Por proteger tanto mi obra, durante muchos años no quise entrar en el sistema de producciones, de depender de subvenciones. Me lo construí todo yo con dos cositas, porque quería ser libre.

P. No es la danza un arte tan popular como para además querer vivir de ella en los márgenes.

R. Te vas buscando la vida: dando clases, bailando para otra gente. Me fui a hacer óperas a Bruselas. En la ópera, por ejemplo, gané un dinerito que me vino muy bien. Yo me iba un mes para allá y me pagaban 7.000 euros.

P. Dinero y amor.

R. Yo me he sentido bastante querida en general, la verdad. En el mundo de la danza muy, muy querida. Luego a veces te sientes poco arropada, pero porque no hay un tejido, no hay estructura.

P. Cuente.

R. Yo en Madrid no tengo dónde ensayar. Quiero ensayar, pero no hay espacio. Ahora mismo está Canal en obras, además, pero solo está ese espacio de Canal.

P. …

R. Yo vengo de estar en Barcelona seis años y allí tuve un apoyo muy fuerte. Barcelona me dio un soporte importante.

P. Cuando quiere ensayar, ¿qué hace?

R. Ahora mismo me tengo que ir a Barcelona. Porque incluso allí, en espacios independientes, puedo alquilar una sala a precios más asequibles. En Madrid, no.

Antes del cine yo estaba a punto de hacer saltar todo. De hecho, hice una pieza que se titulaba Janet, que era una despedida»

P. Ganó el premio Goya con O corno, está en Romería, de Carla Simón, y en Harta, de Júlia de Paz. ¿Con el premio hizo clic?

R. Antes del cine yo estaba a punto de hacer saltar todo. De hecho, hice una pieza que se titulaba Janet, que era una despedida. Y justo ahí me llama Jaione para hacer O corno. Todo el trabajo que yo había estado haciendo antes era una investigación muy arqueológica, muy de escarbar en lo autobiográfico, en la memoria. Y cuando a mí eso se me agotó, porque yo sentí que ya no tenía nada más que contar, me ofrecen cine. Mi cuerpo se pone al servicio de otras historias. Antes estaba dirigido hacia mi historia y mi memoria.

P. ¿Por qué una figura de la danza puede pensar en abandonarlo siendo un arte tan exigente?

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Pregunta. ¿Su familia tiene alguna relación con el baile?

Respuesta. No, mi padre trabaja en una ferretería en Vigo y mi madre es costurera.

P. ¿Y usted cuándo supo que su relación con el cuerpo era diferente a la del resto?

R. Desde el minuto uno. Fue clarísimo. Yo creo que los niños tenemos algo, algo a lo que en mi obra intento siempre volver, que tiene ver con una claridad muy grande. Para mí el cuerpo siempre fue como un lugar de fuga, de salvación: una manera de expresarme como otros se expresan con la palabra. Nunca fue extraordinario: siempre lo sentí natural.

P. ¿Cómo?

R. Tenía algo muy conectado con la emoción. Yo entré a través de la forma, la rítmica, el baile gallego. Pero a mí me interesaba mucho lo que pasaba debajo, o sea, la emoción. Una vez, de niña, bailábamos en unas fiestas en A Guarda. Yo era muy chiquitita. Recuerdo estar delante en el palco, bailando y pisando muy fuerte. Y yo decía: “Tengo la capacidad de atravesar los cuerpos de esta gente con lo que estoy sintiendo ahora mismo”. Y empecé a jugar como una niña, como quien coge un juguete y se pone a ver si pasa algo potente.

Yo he creído en la capacidad que tengo de despertar los cuerpos, de hacerlos vibrar»

P. Un talento.

R. Hay algo muy animal, muy primitivo. Cada uno tiene una capacidad y la vas descubriendo poquito a poco. Yo he creído en la capacidad que tengo de despertar los cuerpos, de hacerlos vibrar.

P. Reivindica usted que no hay nada que entender en su danza. No hay que entender las cosas, a veces basta con sentirlas.

R. ¿Hoy en día tú entiendes algo de lo que está pasando en el mundo? Entonces yo parto de ese viaje, desde la emoción, para luego entender.

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Janet Novas, el pasado 9 de octubre.MOEH ATITAR

P. ¿Y entiende?

R. El cuerpo me trae mucha verdad. El cuerpo no miente. Tú puedes mentir con la palabra, pero con el cuerpo no.

P. ¿Es intuición?

R. Para mí, el cuerpo es como un territorio arqueológico sobre el que estoy trabajando. Y siendo muy poco consciente de lo que estoy haciendo. Y sí, siempre me he dejado llevar mucho por mi intuición. Por proteger tanto mi obra, durante muchos años no quise entrar en el sistema de producciones, de depender de subvenciones. Me lo construí todo yo con dos cositas, porque quería ser libre.

P. No es la danza un arte tan popular como para además querer vivir de ella en los márgenes.

R. Te vas buscando la vida: dando clases, bailando para otra gente. Me fui a hacer óperas a Bruselas. En la ópera, por ejemplo, gané un dinerito que me vino muy bien. Yo me iba un mes para allá y me pagaban 7.000 euros.

P. Dinero y amor.

R. Yo me he sentido bastante querida en general, la verdad. En el mundo de la danza muy, muy querida. Luego a veces te sientes poco arropada, pero porque no hay un tejido, no hay estructura.

P. Cuente.

R. Yo en Madrid no tengo dónde ensayar. Quiero ensayar, pero no hay espacio. Ahora mismo está Canal en obras, además, pero solo está ese espacio de Canal.

P. …

R. Yo vengo de estar en Barcelona seis años y allí tuve un apoyo muy fuerte. Barcelona me dio un soporte importante.

P. Cuando quiere ensayar, ¿qué hace?

R. Ahora mismo me tengo que ir a Barcelona. Porque incluso allí, en espacios independientes, puedo alquilar una sala a precios más asequibles. En Madrid, no.

Antes del cine yo estaba a punto de hacer saltar todo. De hecho, hice una pieza que se titulaba Janet, que era una despedida»

P. Ganó el premio Goya con O corno, está en Romería, de Carla Simón, y en Harta, de Júlia de Paz. ¿Con el premio hizo clic?

R. Antes del cine yo estaba a punto de hacer saltar todo. De hecho, hice una pieza que se titulaba Janet, que era una despedida. Y justo ahí me llama Jaione para hacer O corno. Todo el trabajo que yo había estado haciendo antes era una investigación muy arqueológica, muy de escarbar en lo autobiográfico, en la memoria. Y cuando a mí eso se me agotó, porque yo sentí que ya no tenía nada más que contar, me ofrecen cine. Mi cuerpo se pone al servicio de otras historias. Antes estaba dirigido hacia mi historia y mi memoria.

P. ¿Por qué una figura de la danza puede pensar en abandonarlo siendo un arte tan exigente?

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