Skip to content
  domingo 22 junio 2025
Novedad
junio 22, 2025A ningún lado junio 22, 2025En un vivero, como en las librerías, se entremezclan historias y emociones junio 22, 2025No vamos a ser más papistas que el Papa junio 22, 2025Inma Benedito: “La peña hetero no tiene la menor idea de cómo follamos las lesbianas” junio 22, 2025La vida de triunfador y la solitaria muerte a los 53 años de Carlos Marín, el español de Il Divo junio 22, 2025Un rastro de luz o de destrozos junio 22, 2025Libros para comprender el proceso de fermentación del pan: lo que tu ‘router’ puede hacer por tu masa madre y otros trucos junio 21, 2025José Sacristán, lucidez crítica en la tarima de la izquierda junio 21, 2025La negra ardilla junio 21, 202550 años de ‘Tiburón’, la película que revolucionó el cine de terror (y traumatizó a varias generaciones)
  • Entradas
  • Sobre Nosotros
  • Contacto
EscritoresdeÉlite | Todo lo que pase en la Élite lo contamos.
  • Arte
  • Cine
  • Televisión
  • Cultura
  • Libros
  • Teatro
  • Historia
  • Contacto
EscritoresdeÉlite | Todo lo que pase en la Élite lo contamos.
EscritoresdeÉlite | Todo lo que pase en la Élite lo contamos.
  • Arte
  • Cine
  • Televisión
  • Cultura
  • Libros
  • Teatro
  • Historia
  • Contacto
  • Entradas
  • Sobre Nosotros
  • Contacto
EscritoresdeÉlite | Todo lo que pase en la Élite lo contamos.
  Cine  Del ‘Laberinto del Fauno’ a ‘La Viuda Negra’: cómo Ivana Baquero salta el muro invisible
Cine

Del ‘Laberinto del Fauno’ a ‘La Viuda Negra’: cómo Ivana Baquero salta el muro invisible

junio 21, 2025
FacebookX TwitterPinterestLinkedInTumblrRedditVKWhatsAppEmail

Hay muros construidos para provocar y otros para dividir. Están los que se pueden saltar y los que, por más que caigan, todavía siguen de pie. Basta echar un vistazo por el ideario de Trump o por los cercos que rodean las Favelas de Río de Janeiro. Ni hablar de Berlín, todavía atrapada en el pasado. Los más nocivos, infranqueables si se quiere, son los invisibles: el hormigón puede ser más endeble que una emoción.

Por eso, cuando pienso en cómo saltar un muro invisible recuerdo a Ivana Baquero (Barcelona, 31 años), la segunda actriz más joven en ganar un Goya por su interpretación en el Laberinto del Fauno (2006), hoy protagonista de La Viuda Negra, top 3 de las películas más vistas de Netflix, número uno en Estados Unidos durante la primera semana de junio. “En España buscamos niños en la calle que se acerquen al personaje. De alguna manera no queremos que actúen, sino que jueguen”, explica Mireia Juárez, directora de casting de Wolfgang, Biutiful y Truman, entre otras. Entonces, cuando los niños dejan de jugar es cuando aparece el muro invisible: ¿cómo jugar sin jugar? “Lo que pasa es que llega un momento en que los niños llegan a tener conciencia de lo que hacen y dejan de jugar a actuar. En esa conciencia, se quedan sin naturalidad y dejan de funcionar. Pierden la verdad”, analiza Mireia Juárez.

“¿El muro invisible?”, pregunta Ivana Baquero, sentada en un restaurante de Madrid, durante la promoción de La Viuda Negra; “Yo lo veo como una montaña. Es mi propia alegoría. Siento que la estoy trepando y que tampoco tiene un final. Si lo tiene, yo no le he visto. Tampoco sé si quiero verlo. El otro día leía una entrevista con Chris Hemsworth que decía que sigue sintiendo que es ese chico que iba apurado de dinero y que no puede dejar de trabajar porque no se siente tranquilo”.

Baquero tiene una precisión quirúrgica para seleccionar cada idea, cada frase, cada palabra. Pero ocurre algo paradójico: no está en guardia, al contrario. Está tranquila sin estar relajada, piensa sin sobreanalizar. Y, entonces, aparece una palabra que repite: instinto. Para interpretar, para adaptarse, para sobrevivir.

“Guillermo [del Toro, director del Laberinto del Fauno] me decía que tenía mucho instinto. Según él, te puedes formar como actor o como cantante, pero que el instinto no se puede aprender. Y puede ser que sea así. Actuar es reaccionar. Da igual lo que tengas que decir, lo más importante es cómo reaccionas a tu compañero. Y el instinto quizá tiene que ver con eso: estar presente”, cuenta Ivana. Sin unos padres que vaciaran sus frustraciones en ella, ni ella con sueños de fama, en 2004 se estrenó su primera película: Romasanta. Entonces comenzó su etapa oxímoron. Y como esa ciudad que puede ser cálida y agresiva —para mí ninguna como Buenos Aires—; o como esa letra que guarda esperanza en la mayor tristeza —de nuevo, nadie mejor que Thom Yorke (Radiohead)—, Ivana empezó a ser la niña adulta.

Ivana Baquero y Kevin Costner.

“Cuando interpretas, de alguna manera siempre estás jugando. También de adulta. Pero mi manera de entenderlo ha sido como un trabajo. Desde pequeña era muy consciente de que había que sacar adelante un rodaje. Había directores, también, que me mandaban deberes. Guillermo, por ejemplo, me hacía leer comics y ver películas, como La tumba de las luciérnagas”, recuerda Baquero. Su vida laboral le ponía en un lugar ilógico para su edad; su vida personal la devolvía a la lógica: siempre fue la hija de sus padres. Un aspecto nada menor en los niños prodigio, muchas veces convertidos en sostén económico y emocional de sus familias.

“Mis padres no es que me protegieran, sino que me acompañaban. Y cuando me decían algo, le diría que en el 99% de las ocasiones tenían razón. Me enseñaron, por ejemplo, a saber diferenciar mi vida pública de la privada”. Ivana, entonces, disimuló a sus primeros novietes en las redes sociales, como también aceptó que después del rodaje había clase. Si hasta el día después de ganar el Goya a mejor actriz revelación compareció en la escuela. Y de nuevo a interpretar: porque nadie es normal con un Goya en la sala de su casa a los 12 años. “Al final, siempre estás haciendo un rol. Todos tenemos muchas caras, todos somos muchas personas. Pero eso no significa que necesitemos cierta validación para encajar. Yo nunca he necesitado pertenecer y siempre he buscado que mi valor personal no estuviera atado a mi valor profesional. A mí me llegó un éxito de niña, y encadené un éxito con otro, casi sin parar, hasta que en un momento eso paró y pensé: “¿Volveré a trabajar? ¿Seré buena?”

De Romasanta a La Viuda Negra pasaron 22 interpretaciones: trabajó con Isabel Coixet (Mi otro yo), saltó a Hollywood con Kevin Costner (La otra hija), conoció a su pareja James Trevena (Las crónicas de Shannara), encadenó tres películas en un año y estuvo tres sin filmar un largometraje. Mientras espera por el estreno de Spartacus el próximo otoño, nunca olvida a El laberinto del fauno. “Lo vivo como un honor. Abrazo haber trabajado en una película de culto. Me ha abierto muchas puertas. En mi caso es particular, de niña actriz a la transición adulta, de alguna forma he tenido que reinventarme, que descubrirme. Quizás porque descubrirse es parte de la vida”.

Más Noticias

No vamos a ser más papistas que el Papa

junio 22, 2025

La historia del único superviviente en un avión se la leímos a Salman Rushdie

junio 16, 2025

El barco se tambalea, pero las ratas sobrevivirán

junio 14, 2025

Muere el actor Manolo Zarzo a los 93 años

junio 17, 2025

Descubrió entonces que su muro no es un muro sino una montaña sin pico y que su trabajo no es un juego sino un regalo (instinto) que llevaba desde la cuna, moldeado, eso sí, entre las tablas de una familia que abraza pero no aprieta y una industria que abraza tanto como aprieta.

Seguir leyendo

 La interprete, que ganó un Goya a los 12 años, razona sobre la transición entre la niña actriz y la vida adulta  

Ivana Baquero
Ivana Baquero durante la fiesta del décimo aniversario de Netflix en España.José Ruiz (Europa Press)

Hay muros construidos para provocar y otros para dividir. Están los que se pueden saltar y los que, por más que caigan, todavía siguen de pie. Basta echar un vistazo por el ideario de Trump o por los cercos que rodean las Favelas de Río de Janeiro. Ni hablar de Berlín, todavía atrapada en el pasado. Los más nocivos, infranqueables si se quiere, son los invisibles: el hormigón puede ser más endeble que una emoción.

Por eso, cuando pienso en cómo saltar un muro invisible recuerdo a Ivana Baquero (Barcelona, 31 años), la segunda actriz más joven en ganar un Goya por su interpretación en el Laberinto del Fauno (2006), hoy protagonista de La Viuda Negra, top 3 de las películas más vistas de Netflix, número uno en Estados Unidos durante la primera semana de junio. “En España buscamos niños en la calle que se acerquen al personaje. De alguna manera no queremos que actúen, sino que jueguen”, explica Mireia Juárez, directora de casting de Wolfgang, Biutiful y Truman, entre otras. Entonces, cuando los niños dejan de jugar es cuando aparece el muro invisible: ¿cómo jugar sin jugar? “Lo que pasa es que llega un momento en que los niños llegan a tener conciencia de lo que hacen y dejan de jugar a actuar. En esa conciencia, se quedan sin naturalidad y dejan de funcionar. Pierden la verdad”, analiza Mireia Juárez.

“¿El muro invisible?”, pregunta Ivana Baquero, sentada en un restaurante de Madrid, durante la promoción de La Viuda Negra; “Yo lo veo como una montaña. Es mi propia alegoría. Siento que la estoy trepando y que tampoco tiene un final. Si lo tiene, yo no le he visto. Tampoco sé si quiero verlo. El otro día leía una entrevista con Chris Hemsworth que decía que sigue sintiendo que es ese chico que iba apurado de dinero y que no puede dejar de trabajar porque no se siente tranquilo”.

Baquero tiene una precisión quirúrgica para seleccionar cada idea, cada frase, cada palabra. Pero ocurre algo paradójico: no está en guardia, al contrario. Está tranquila sin estar relajada, piensa sin sobreanalizar. Y, entonces, aparece una palabra que repite: instinto. Para interpretar, para adaptarse, para sobrevivir.

“Guillermo [del Toro, director del Laberinto del Fauno] me decía que tenía mucho instinto. Según él, te puedes formar como actor o como cantante, pero que el instinto no se puede aprender. Y puede ser que sea así. Actuar es reaccionar. Da igual lo que tengas que decir, lo más importante es cómo reaccionas a tu compañero. Y el instinto quizá tiene que ver con eso: estar presente”, cuenta Ivana. Sin unos padres que vaciaran sus frustraciones en ella, ni ella con sueños de fama, en 2004 se estrenó su primera película: Romasanta. Entonces comenzó su etapa oxímoron. Y como esa ciudad que puede ser cálida y agresiva —para mí ninguna como Buenos Aires—; o como esa letra que guarda esperanza en la mayor tristeza —de nuevo, nadie mejor que Thom Yorke (Radiohead)—, Ivana empezó a ser la niña adulta.

Ivana Baquero y Kevin Costner.
Ivana Baquero y Kevin Costner.
Getty Images

“Cuando interpretas, de alguna manera siempre estás jugando. También de adulta. Pero mi manera de entenderlo ha sido como un trabajo. Desde pequeña era muy consciente de que había que sacar adelante un rodaje. Había directores, también, que me mandaban deberes. Guillermo, por ejemplo, me hacía leer comics y ver películas, como La tumba de las luciérnagas”, recuerda Baquero. Su vida laboral le ponía en un lugar ilógico para su edad; su vida personal la devolvía a la lógica: siempre fue la hija de sus padres. Un aspecto nada menor en los niños prodigio, muchas veces convertidos en sostén económico y emocional de sus familias.

“Mis padres no es que me protegieran, sino que me acompañaban. Y cuando me decían algo, le diría que en el 99% de las ocasiones tenían razón. Me enseñaron, por ejemplo, a saber diferenciar mi vida pública de la privada”. Ivana, entonces, disimuló a sus primeros novietes en las redes sociales, como también aceptó que después del rodaje había clase. Si hasta el día después de ganar el Goya a mejor actriz revelación compareció en la escuela. Y de nuevo a interpretar: porque nadie es normal con un Goya en la sala de su casa a los 12 años. “Al final, siempre estás haciendo un rol. Todos tenemos muchas caras, todos somos muchas personas. Pero eso no significa que necesitemos cierta validación para encajar. Yo nunca he necesitado pertenecer y siempre he buscado que mi valor personal no estuviera atado a mi valor profesional. A mí me llegó un éxito de niña, y encadené un éxito con otro, casi sin parar, hasta que en un momento eso paró y pensé: “¿Volveré a trabajar? ¿Seré buena?”

De Romasanta a La Viuda Negra pasaron 22 interpretaciones: trabajó con Isabel Coixet (Mi otro yo), saltó a Hollywood con Kevin Costner (La otra hija), conoció a su pareja James Trevena (Las crónicas de Shannara), encadenó tres películas en un año y estuvo tres sin filmar un largometraje. Mientras espera por el estreno de Spartacus el próximo otoño, nunca olvida a El laberinto del fauno. “Lo vivo como un honor. Abrazo haber trabajado en una película de culto. Me ha abierto muchas puertas. En mi caso es particular, de niña actriz a la transición adulta, de alguna forma he tenido que reinventarme, que descubrirme. Quizás porque descubrirse es parte de la vida”.

Descubrió entonces que su muro no es un muro sino una montaña sin pico y que su trabajo no es un juego sino un regalo (instinto) que llevaba desde la cuna, moldeado, eso sí, entre las tablas de una familia que abraza pero no aprieta y una industria que abraza tanto como aprieta.

 EL PAÍS

FacebookX TwitterPinterestLinkedInTumblrRedditVKWhatsAppEmail
Concierto histórico de Dellafuente en Madrid: la noche inolvidable de toda una generación
Porque sueño no estoy loco, repite Léolo
Leer también
Libros

A ningún lado

junio 22, 2025
Libros

En un vivero, como en las librerías, se entremezclan historias y emociones

junio 22, 2025
Cine

No vamos a ser más papistas que el Papa

junio 22, 2025
Libros

Inma Benedito: “La peña hetero no tiene la menor idea de cómo follamos las lesbianas”

junio 22, 2025
Libros

La vida de triunfador y la solitaria muerte a los 53 años de Carlos Marín, el español de Il Divo

junio 22, 2025
Libros

Un rastro de luz o de destrozos

junio 22, 2025
Cargar más

Eva Morell: “El ocio está sobrevalorado”

junio 14, 2025

The Last Showgirl: Pamela Anderson y las aventuras del machismo (***)

junio 19, 2025

50 años de ‘Tiburón’, la película que revolucionó el cine de terror (y traumatizó a varias generaciones)

junio 21, 2025

El Mundial de Clubes, la apuesta de Mediaset para subir audiencia

junio 10, 2025

El método Netflix, por Ted Sarandos: «No vale con tener algo bueno dos veces al año, la gente ve la televisión todas las noches»

junio 19, 2025

La Feria del Libro de Madrid cierra esta tarde a las 18 horas por alertas de calor

junio 9, 2025

Billie Eilish hace vibrar a un público entregado en Barcelona

junio 14, 2025

De la ficción a la vida real: los protagonistas de ‘La Reina del Flow’ darán dos conciertos en España

junio 20, 2025

Lux Pascal, actriz trans y hermana de Pedro Pascal: «Yo soy artista, no hice pública mi transición ni por activismo ni por nada panfletario»

junio 11, 2025

A Bruce Willis le dictaban las frases de sus diálogos por un pinganillo para ocultar los síntomas de sus enfermedades, según revela su esposa

junio 9, 2025

    © 2024. EscritoredeÉlite. Todos los derechos reservados.
    • Aviso Legal
    • Política de Cookies
    • Política de Privacidad