<p>Cuenta el cantante de <strong>Pet Shop Boys</strong>, Neil Tennant, que cuando se pone cínico piensa que las bandas de rock están formadas por músicos, mientras él y su compañero Chris Lowe tan sólo <strong>»aprietan botones»</strong>. Pues no les ha ido nada mal dándole a los botoncitos durante 42 años de sólida carrera musical, en la que han ido encadenando <i>números uno</i> por todo el mundo, mientras sus seguidores iban creciendo de forma exponencial. Por algo siguen siendo el dúo musical de mayor éxito en la historia del Reino Unido, con más de 100 millones de discos vendidos. Siempre <strong>pegados a la calle</strong>, siempre innovando, con mirada irónica, elegante y elevando su <strong>pop sofisticado</strong>.</p>
Ocho mil personas se entregan durante dos horas a los temazos del dúo británico en la Plaza de España de Sevilla, en el arranque del tour europeo
Cuenta el cantante de Pet Shop Boys, Neil Tennant, que cuando se pone cínico piensa que las bandas de rock están formadas por músicos, mientras él y su compañero Chris Lowe tan sólo «aprietan botones». Pues no les ha ido nada mal dándole a los botoncitos durante 42 años de sólida carrera musical, en la que han ido encadenando números uno por todo el mundo, mientras sus seguidores iban creciendo de forma exponencial. Por algo siguen siendo el dúo musical de mayor éxito en la historia del Reino Unido, con más de 100 millones de discos vendidos. Siempre pegados a la calle, siempre innovando, con mirada irónica, elegante y elevando su pop sofisticado.
Una muestra de todo eso se ha podido ver, palpar, sentir y escuchar este martes en el concierto que Pet Shop Boys han ofrecido en el Icónica SantaLucía Sevilla Fest en la Plaza de España, un lugar histórico que acoge entre junio y julio a una treintena de artistas y bandas de todo tipo de estilos. Ocho mil personas se han entregado durante dos horas a los temazos del dúo británico. Menos de la mitad del aforo. El público ha cantado, bailado y sudado porque la noche sevillana ha estado cargada de calor, tanto que el teatral Tennant ha tenido que dejar cojo su look y prescindir del imponente sombrero blanco que redondeaba su imagen de maestro de ceremonias.
«Somos los Pet Shop Boys y vamos a ir a un mundo de ensueño en el que ser aburrido es un pecado«, ha anunciado Tennant en el reinicio de la gira Dreamworld: The Greatest Hits Live, un tour que comenzó en 2023, cuando se cumplieron los 40 años de trayectoria del dúo británico. Y tras los éxitos y las excelentes críticas cosechadas en estos años con su música en directo, ¿para qué innovar? Los alquimistas del pop han dado con la fórmula. Tras el arranque en Sevilla, las siguientes citas son Lisboa, Madrid, Marbella, Benidorm y también habrá paradas en Italia, Reino Unido, Bélgica, Suecia…
El concierto de Sevilla ha sido de todo menos aburrido, por mucho que la banda se haya despedido de sus seguidores, precisamente, con su hit Being boring (ser aburrido), publicado en 1990. Es lo que tiene tirar de grandes éxitos con muchos años de trayectoria, que a estas alturas todos se saben las canciones. Por eso, a ratos, la Plaza de España parecía un inmenso y sofisticado karaoke. En otros momentos, se asemejaba una gigantesca discoteca de los años noventa. Pero con público entrado en años. A partir de cuarenta y muchos.
Con la canción Suburbia, incluida en su álbum debut Please, Pet Shop Boys han iniciado el show pocos minutos después de las 22.30 horas. Música in crescendo, fundido a negro y dos enormes farolas emergen del suelo. En el escenario, las luces apuntan hacia el dúo de músicos con sus enormes abrigos de centelleante blanco. Llevan unas gigantescas gafas geométricas de ¿diapasón? ¿o son de extraterrestre?
La estética se ha cuidado al máximo. Los músicos llevan en su ADN la teatralidad del espectáculo. Tennant lo descubrió hace muchos años, cuando asistía a misas en latín con tan sólo ocho años y vestido de monaguillo. Aquello era «como el teatro», recuerda el cantante en el documental de la BBC sobre la gira de grandes éxitos.
Sobre el escenario, el cantante se ha mostrado charlatán, dando las gracias a la «amazing Sevilla», parloteando en español y quejándose del calor. Muy expresivo y con una voz angelical, que sigue sonando casi igual que en sus primeros discos. En las antípodas se ha situado Chris Lowe. Gesto serio, casi como una estatua o una esfinge. Sólo al final del show ha sonreído levemente, sin desprenderse ni un instante de sus gafas de sol.
En la primera parte del espectáculo han sonado Can you forgive her, Opportunities, el celebérrimo tema con ecos de la la banda irlandesa U2 Where the streets / Can’t take my eyes, Rent y Don’t know what you want / So hard. Para la parte central, los artistas han elegido Left to my own devices, Single bilingual / Se a vida e y también Domino dancing / Dancing star, New York City boy, The pop kids, New Bohemia, Jealousy, Love comes quickly, Paninaro y la inolvidable Always on my mind.
Cuando el público estaba ya en plena ebullición por la emoción, los beats, los decibelios, las luces y el calor, ha llegado el turno de Dreamland, Heart, What have I done to deserve this, It’s alright / Vocal y la potente It’s A Sin. Locura total, móviles arriba y a bailar.
Para la parte final del espectáculo se ha reservado la aclamada West End girls, la canción con la que empezó todo hace ya más de cuarenta años, cuando un periodista musical (Tennant) y un arquitecto (Lowe) daban sus primeros pasos en el mundillo y pensaban que aquello no iba a ninguna parte. Como mucho, tendrían para tres años, como les dijo algún listillo. Pero ahí siguen. Son más de «cuarenta años pateándonos las calles y se nos da muy bien. Es lo nuestro». Amén.
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