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  Libros  Verdiales, pescadores y gogós: la Costa del Sol de Jürgen Schadeberg se convierte en libro
Libros

Verdiales, pescadores y gogós: la Costa del Sol de Jürgen Schadeberg se convierte en libro

junio 18, 2025
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Antes de su adolescencia, Jürgen Schadeberg (Berlín, 1931–La Drova, 2020) ya había pertenecido a las juventudes hitlerianas por obligación y ayudado a la resistencia al fascismo entregando mensajes secretos con su bicicleta. Luego sobrevivió, junto a su madre, a las bombas de los aliados sobre Berlín. Después se buscó la vida en Hamburgo. Y con 19 años dio el salto a Sudáfrica, donde desarrolló una larga, excepcional y prolífica carrera profesional como fotoperiodista. Retrató como pocos el apartheid con su Leica para la mítica revista Drum y más tarde impulsó numerosas publicaciones de fotografía sobre aquellos años. Autor de míticos retratos a activistas como Nelson Mandela o artistas como Miriam Makeba, en su increíble biografía hay un apunte sorprendente. Entre 1969 y 1971 vivió en Los Boliches, una minúscula localidad de la Costa del Sol. Y desde donde buceó por la vida local para acercarse a tradiciones como los verdiales o al turismo de borrachera de los británicos.

The Málaga years, libro publicado esta primavera por Alix Books, recoge más de un centenar de fotografías del trabajo que Schadeberg realizó durante su estancia en el litoral malagueño. Es un proyecto prácticamente personal impulsado —y financiado— por el gestor cultural Juanjo Fuentes, cuya frenética actividad le permite dirigir la revista Staf Magazine desde hace 30 años y el creciente festival Moments. Se topó con el trabajo del fotoperiodista alemán gracias a la casualidad y el equipo de Leica. Luego contactó con su viuda, Claudia Schadeberg. Y con su apoyo, hace tres años empezó a dar forma a un trabajo que acaba de ver la luz en una cuidada edición de 500 ejemplares que incluye numerosas estampas inéditas. “Cuando uno piensa en aquella época, siempre imagina la Málaga de postal o las imágenes familiares de la playa o los cumpleaños. Pero esto es diferente: es el día a día, la gente corriente, la calle”, señala Fuentes.

Otra imagen del libro 'The Málaga Years'.

En sus memorias —tituladas Tal como yo lo veo y publicadas en español por la Universidad Politécnica de Valencia, que lo nombró Doctor Honoris Causa en 2014— Schadeberg recuerda que tras pasar más de una década en su primera etapa en Sudáfrica, llevaba ya otros cinco años en Londres, donde daba clases de fotografía y seguía ejerciendo de freelance para publicaciones como Die Zeit. En 1969, harto de la lluvia británica, leyó un reportaje sobre Torremolinos donde se relataban las visitas de las estrellas de Hollywood en los años cincuenta y el estallido turístico posterior con los paquetes todo incluido para británicos. “Después de darle varias vueltas a todo aquello, decidí investigar lo que sucedía en la Costa del Sol, así que dejé Londres y su ambiente frío y me fui a España a echar un vistazo a aquella zona”, escribió el alemán. Cuando aterrizó, alucinó con el poco encanto original que ya quedaba en el litoral, pero también los personajes que pululaban por aquel territorio soleado, sobre todo por unos que ofrecían “grandes oportunidades a los fotógrafos”.

Se estableció en Los Boliches y se dedicó a fotografiar el día a día de su entorno. Pronto también empezó a trabajar para la revista Look out, editada entonces por Ken Brown, cuyos encargos fueron la excusa perfecta para acercarse a algunas tradiciones locales como la Semana Santa o vivir una corrida de toros en La Maestranza de Ronda, aunque prestó especialmente atención a algo muy malagueño: los verdiales. Esta música —parte indispensable del folclore local— y los elementos que le rodean fueron claves en el trabajo de Schaderberg. “Son las fotografías que más me llamaron la atención”, recuerda Fuentes. Están llenas de vida, de alegría. Muestran la felicidad de la gente sencilla. Y el poder del reencuentro a partir de unas raíces compartidas que, desde entonces, no han cambiado demasiado.

Juanjo Fuentes, impulsor de la editorial Alix Books, que acaba de publicar 'The Málaga years'.

Los verdiales y la clase trabajadora

Esas también fueron las imágenes —que ahora también se pueden ver expuestas, hasta mediados de julio, en el Centro Cultural La Malagueta— que más sorprendieron a Rogelio López-Cuenca, artista que firma uno de los cinco textos que incluye The Málaga years. “He disfrutado muchísimo con este libro”, relata. “Sobre todo porque no supone una mirada nostálgica. Es un punto de vista del extranjero, que se fija en cosas cotidianas que para nosotros eran invisibles, como es lógico. Pero también se centró mucho en los trabajadores, que siempre han estado ignorados en la iconografía turística”, añade López Cuenca, que continúa: “En Sudáfrica retrató las condiciones de vida de una mayoría explotada y aquí recogió a quienes hacían posible ese paraíso turístico: los que ponían la mesa, servían en los bares o hacían las camas”. Hay repartidores, pescadores y hasta gogós en las discotecas. Un trabajo que, además, queda emparentado con el que hicieron Jerome Liebling y Joel Meyerowitz apenas tres años antes también en Málaga.

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La época que retrataron ya ha desaparecido. Lo hizo poco después y fue la causa de que Schaderberg no volviera a residir en la zona. “A principios de los 2000 fuimos a visitar la Costa del Sol y todo había cambiado dramáticamente”, recuerda Claudia Schaderberg. Tras una etapa en Sudáfrica, otra en Berlín y más tarde al sur de Francia, la pareja decidió mudarse a España y probaron con Málaga, pero lo que encontraron les hizo huir. “Había cambiado tanto todo que nos aterró”, subraya. Acabaron en La Drova, cerca de Gandía (Valencia), localidad donde convivieron durante varios años —y publicaron juntos Retrato de un pueblo español— hasta la muerte del fotoperiodista en verano de 2020. Hoy ella mantiene allí un ingente archivo de negativos del que ha salido este libro. “Su principal trabajo estuvo en Sudáfrica, claro. El apartheid y todo lo que hizo allí es fundamental, pero es también increíble ver publicados otros trabajos tan bonitos y poco conocidos como este”, sentencia la mujer.

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 La publicación ‘The Málaga years’ recupera un centenar de imágenes realizadas por el fotoperiodista nacido en Berlín durante su estancia en el litoral malagueño a finales de los años sesenta y tras su larga etapa retratando el apartheid en Sudáfrica  

Antes de su adolescencia, Jürgen Schadeberg (Berlín, 1931–La Drova, 2020) ya había pertenecido a las juventudes hitlerianas por obligación y ayudado a la resistencia al fascismo entregando mensajes secretos con su bicicleta. Luego sobrevivió, junto a su madre, a las bombas de los aliados sobre Berlín. Después se buscó la vida en Hamburgo. Y con 19 años dio el salto a Sudáfrica, donde desarrolló una larga, excepcional y prolífica carrera profesional como fotoperiodista. Retrató como pocos el apartheidcon su Leica para la mítica revista Drum y más tarde impulsó numerosas publicaciones de fotografía sobre aquellos años. Autor de míticos retratos a activistas como Nelson Mandela o artistas como Miriam Makeba, en su increíble biografía hay un apunte sorprendente. Entre 1969 y 1971 vivió en Los Boliches, una minúscula localidad de la Costa del Sol. Y desde donde buceó por la vida local para acercarse a tradiciones como los verdiales o al turismo de borrachera de los británicos.

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The Málaga years, libro publicado esta primavera por Alix Books, recoge más de un centenar de fotografías del trabajo que Schadeberg realizó durante su estancia en el litoral malagueño. Es un proyecto prácticamente personal impulsado —y financiado— por el gestor cultural Juanjo Fuentes, cuya frenética actividad le permite dirigir la revista Staf Magazine desde hace 30 años y el creciente festival Moments. Se topó con el trabajo del fotoperiodista alemán gracias a la casualidad y el equipo de Leica. Luego contactó con su viuda, Claudia Schadeberg. Y con su apoyo, hace tres años empezó a dar forma a un trabajo que acaba de ver la luz en una cuidada edición de 500 ejemplares que incluye numerosas estampas inéditas. “Cuando uno piensa en aquella época, siempre imagina la Málaga de postal o las imágenes familiares de la playa o los cumpleaños. Pero esto es diferente: es el día a día, la gente corriente, la calle”, señala Fuentes.

Otra imagen del libro 'The Málaga Years'.
Otra imagen del libro ‘The Málaga Years’.Jürgen Schadeberg

En sus memorias —tituladas Tal como yo lo veo y publicadas en español por la Universidad Politécnica de Valencia, que lo nombró Doctor Honoris Causa en 2014— Schadeberg recuerda que tras pasar más de una década en su primera etapa en Sudáfrica, llevaba ya otros cinco años en Londres, donde daba clases de fotografía y seguía ejerciendo de freelance para publicaciones como Die Zeit. En 1969, harto de la lluvia británica, leyó un reportaje sobre Torremolinos donde se relataban las visitas de las estrellas de Hollywood en los años cincuenta y el estallido turístico posterior con los paquetes todo incluido para británicos. “Después de darle varias vueltas a todo aquello, decidí investigar lo que sucedía en la Costa del Sol, así que dejé Londres y su ambiente frío y me fui a España a echar un vistazo a aquella zona”, escribió el alemán. Cuando aterrizó, alucinó con el poco encanto original que ya quedaba en el litoral, pero también los personajes que pululaban por aquel territorio soleado, sobre todo por unos que ofrecían “grandes oportunidades a los fotógrafos”.

Se estableció en Los Boliches y se dedicó a fotografiar el día a día de su entorno. Pronto también empezó a trabajar para la revista Look out, editada entonces por Ken Brown, cuyos encargos fueron la excusa perfecta para acercarse a algunas tradiciones locales como la Semana Santa o vivir una corrida de toros en La Maestranza de Ronda, aunque prestó especialmente atención a algo muy malagueño: los verdiales. Esta música —parte indispensable del folclore local— y los elementos que le rodean fueron claves en el trabajo de Schaderberg. “Son las fotografías que más me llamaron la atención”, recuerda Fuentes. Están llenas de vida, de alegría. Muestran la felicidad de la gente sencilla. Y el poder del reencuentro a partir de unas raíces compartidas que, desde entonces, no han cambiado demasiado.

Juanjo Fuentes, impulsor de la editorial Alix Books, que acaba de publicar 'The Málaga years'.
Juanjo Fuentes, impulsor de la editorial Alix Books, que acaba de publicar ‘The Málaga years’.Alejandro Ruesga

Los verdiales y la clase trabajadora

Esas también fueron las imágenes —que ahora también se pueden ver expuestas, hasta mediados de julio, en el Centro Cultural La Malagueta— que más sorprendieron a Rogelio López-Cuenca, artista que firma uno de los cinco textos que incluye The Málaga years. “He disfrutado muchísimo con este libro”, relata. “Sobre todo porque no supone una mirada nostálgica. Es un punto de vista del extranjero, que se fija en cosas cotidianas que para nosotros eran invisibles, como es lógico. Pero también se centró mucho en los trabajadores, que siempre han estado ignorados en la iconografía turística”, añade López Cuenca, que continúa: “En Sudáfrica retrató las condiciones de vida de una mayoría explotada y aquí recogió a quienes hacían posible ese paraíso turístico: los que ponían la mesa, servían en los bares o hacían las camas”. Hay repartidores, pescadores y hasta gogós en las discotecas. Un trabajo que, además, queda emparentado con el que hicieron Jerome Liebling y Joel Meyerowitz apenas tres años antes también en Málaga.

La época que retrataron ya ha desaparecido. Lo hizo poco después y fue la causa de que Schaderberg no volviera a residir en la zona. “A principios de los 2000 fuimos a visitar la Costa del Sol y todo había cambiado dramáticamente”, recuerda Claudia Schaderberg. Tras una etapa en Sudáfrica, otra en Berlín y más tarde al sur de Francia, la pareja decidió mudarse a España y probaron con Málaga, pero lo que encontraron les hizo huir. “Había cambiado tanto todo que nos aterró”, subraya. Acabaron en La Drova, cerca de Gandía (Valencia), localidad donde convivieron durante varios años —y publicaron juntos Retrato de un pueblo español— hasta la muerte del fotoperiodista en verano de 2020. Hoy ella mantiene allí un ingente archivo de negativos del que ha salido este libro. “Su principal trabajo estuvo en Sudáfrica, claro. El apartheid y todo lo que hizo allí es fundamental, pero es también increíble ver publicados otros trabajos tan bonitos y poco conocidos como este”, sentencia la mujer.

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