La película Llamarse Olimpia, de la directora Indira Cato, ha ganado el premio Mezcal a mejor película mexicana en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). La ceremonia de reconocimiento se ha realizado este sábado en sala Plácido Domingo, en el municipio de Zapopan, en un acto pasado las 19,00 en la capital de Jalisco, con la cual da por concluidos nueve días de estrenos fílmicos e invitados de renombre dentro de una muestra de 170 películas que incluyeron filmografía de México, Europa y del resto del continente americano.
Llamarse Olimpia es un documental que narra la historia de Olimpia Coral Melo, una activista mexicana que luchó por la aprobación de la Ley Olimpia, que busca sancionar la violencia digital contra las mujeres. La ley surge a raíz de la difusión no consentida de un video íntimo de ella, lo que la llevó a impulsar esta iniciativa legislativa. El filme explora su lucha personal, su activismo y el impacto de la ley en Latinoamérica.
El jurado de la sección, encabezado por la actriz Ilse Salas, destacó la humanización que la película hace de su protagonista y “la lucha que continúa y contribuye a cambiar el mundo”. Una de las integrantes del equipo de producción de Cato, presente en el escenario, ha resaltado la importancia de “incomodar y hablar más fuerte”, así como continuar abogando “por un cine con más diversidad de miradas”.
“Acabamos la película hace dos semanas y ya nos sentíamos ganadoras por la recepción y poder estrenar la película en Guadalajara. Tengo la gran fortuna de estar con una parte de mi equipo. Qué honor retratar a mujeres muy poderosas en una producción hecha por mujeres muy chingonas. Estoy muy feliz y orgullosa. Quiero decirles que la violencia no tiene fronteras y estamos todas desde nuestras trincheras para cambiar las cosas, en el cine, en la vida física y en lo virtual”, ha afirmado Cato en su discurso de aceptación.
Otra de las grandes ganadoras dentro de la categoría de cine mexicano ha sido la película Doce lunas, de la realizadora Victoria Franco, quien fue reconocida con el galardón a mejor directora. El jurado destacó este su primer largometraje de la cineasta, quien es hermana del también productor y director Michel Franco, por su “mirada distinta y estética cautivadora”. La ópera prima también recibió el reconocimiento a mejor fotografía por el trabajo del cinefotógrafo Sergio Armstrong, por “sus cualidades formales, desde sus encuadres, iluminación y puesta en escena”.
La sinopsis de la cinta, que tiene a Ana de la Reguera y Enrique Arreola como protagonistas, presenta a Sofía, una arquitecta de 40 años, que tras una pérdida devastadora debe navegar a través de sus emociones mientras intenta mantenerse fiel a sí misma. Luchando con su fertilidad y su identidad como mujer, tanto su vida personal como profesional empiezan a deteriorarse, obligándola a mirar hacia adentro para encontrar la luz que la llevará adelante.
“Gracias al FICG por darme la posibilidad de presentar mi película. Por darnos la pantalla para proyectar el vacío existencial que arrastran las adicciones. A Ana de la Reguera, por su generosidad frente a la cámara, confianza y entrega para mostrar la vulnerabilidad y pasiones que hay en cada uno de nosotros”, ha dicho Franco en su alocución.
Emiliano Zurita ha recibido el premio a mejor interpretación por su papel del empresario Justino Compeán, uno de los creadores del mítico Festival de Avándaro, que es retratado en la comedia y falso documental Autos, mota y rocanrol. Finalmente, una mención honorífica, el premio del público y del jurado joven fue para Boca vieja, de Yovegami Ascona Mora.
El documental de Ascona narra la vida de un pueblo costero en Oaxaca, donde sus habitantes, pescadores y campesinos, viven en armonía con la tierra y el mar, pero enfrentan la amenaza constante de las inundaciones y el despojo territorial. La película muestra la resistencia de la comunidad ante la fuerza de la naturaleza y las presiones externas, destacando su apego a sus raíces y tradiciones.
La mejor madre del mundo tuvo una fuerte repercusión en el jurado de Largometraje Iberoamericano de Ficción, cuya trama sobre una madre que lleva a sus hijos a una “aventura” mientras buscan una vida mejor le dio a Shirley Cruz el premio a mejor interpretación, a Lílis Soares el de mejor fotografía y a Anna Muylaert el de mejor guión. En la misma sección las acompañaron los premios de mejor dirección para Eva Libertad por Sorda; mejor ópera prima para Molt Lluny, y mejor película para O último azul, del director brasileño Gabriel Mascaro.
En la categoría de Largometraje Iberoamericano Documental, los vítores sonaron para la fotografía de Oriol Barcelona, Nauzet Gaspar, Àlvar Riu, Diego Trenas y Arnau Valls Colomer por La guitarra flamenca de Yerai Cortés, el debut directorial del cantante C. Tangana; la dirección de Misha Vallejo Prut en Eco de luz, y el mejor documental iberoamericano, Tardes de soledad de Albert Serra.
Luego de anunciar al ganador de la nueva sección Cine de Género, Los inocentes de Germán Tejada, tocó el turno del premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, que reconoció a la película En el fin del mundo. Su director, Abraham Escobedo-Salas, dio un espacio de su tiempo a hablar a favor de Palestina sosteniendo una bandera del país.
La gala culminó con la tradicional fotografía grupal que unió a jurados y ganadores, un testimonio más de las 40 décadas del Festival de Cine en Guadalajara que pasan a la historia del cine en México y en Iberoamérica.
El filme de Indira Cato sigue el camino de la activista Olimpia Coral Melo en su búsqueda de justicia contra todo tipo de violencia digital hacia las mujeres en México
La película Llamarse Olimpia, de la directora Indira Cato, ha ganado el premio Mezcal a mejor película mexicana en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). La ceremonia de reconocimiento se ha realizado este sábado en sala Plácido Domingo, en el municipio de Zapopan, en un acto pasado las 19,00 en la capital de Jalisco, con la cual da por concluidos nueve días de estrenos fílmicos e invitados de renombre dentro de una muestra de 170 películas que incluyeron filmografía de México, Europa y del resto del continente americano.
Llamarse Olimpia es un documental que narra la historia de Olimpia Coral Melo, una activista mexicana que luchó por la aprobación de la Ley Olimpia, que busca sancionar la violencia digital contra las mujeres. La ley surge a raíz de la difusión no consentida de un video íntimo de ella, lo que la llevó a impulsar esta iniciativa legislativa. El filme explora su lucha personal, su activismo y el impacto de la ley en Latinoamérica.
El jurado de la sección, encabezado por la actriz Ilse Salas, destacó la humanización que la película hace de su protagonista y “la lucha que continúa y contribuye a cambiar el mundo”. Una de las integrantes del equipo de producción de Cato, presente en el escenario, ha resaltado la importancia de “incomodar y hablar más fuerte”, así como continuar abogando “por un cine con más diversidad de miradas”.
“Acabamos la película hace dos semanas y ya nos sentíamos ganadoras por la recepción y poder estrenar la película en Guadalajara. Tengo la gran fortuna de estar con una parte de mi equipo. Qué honor retratar a mujeres muy poderosas en una producción hecha por mujeres muy chingonas. Estoy muy feliz y orgullosa. Quiero decirles que la violencia no tiene fronteras y estamos todas desde nuestras trincheras para cambiar las cosas, en el cine, en la vida física y en lo virtual”, ha afirmado Cato en su discurso de aceptación.
Otra de las grandes ganadoras dentro de la categoría de cine mexicano ha sido la película Doce lunas, de la realizadora Victoria Franco, quien fue reconocida con el galardón a mejor directora. El jurado destacó este su primer largometraje de la cineasta, quien es hermana del también productor y director Michel Franco, por su “mirada distinta y estética cautivadora”. La ópera prima también recibió el reconocimiento a mejor fotografía por el trabajo del cinefotógrafo Sergio Armstrong, por “sus cualidades formales, desde sus encuadres, iluminación y puesta en escena”.
La sinopsis de la cinta, que tiene a Ana de la Reguera y Enrique Arreola como protagonistas, presenta a Sofía, una arquitecta de 40 años, que tras una pérdida devastadora debe navegar a través de sus emociones mientras intenta mantenerse fiel a sí misma. Luchando con su fertilidad y su identidad como mujer, tanto su vida personal como profesional empiezan a deteriorarse, obligándola a mirar hacia adentro para encontrar la luz que la llevará adelante.
“Gracias al FICG por darme la posibilidad de presentar mi película. Por darnos la pantalla para proyectar el vacío existencial que arrastran las adicciones. A Ana de la Reguera, por su generosidad frente a la cámara, confianza y entrega para mostrar la vulnerabilidad y pasiones que hay en cada uno de nosotros”, ha dicho Franco en su alocución.
Emiliano Zurita ha recibido el premio a mejor interpretación por su papel del empresario Justino Compeán, uno de los creadores del mítico Festival de Avándaro, que es retratado en la comedia y falso documental Autos, mota y rocanrol. Finalmente, una mención honorífica, el premio del público y del jurado joven fue para Boca vieja, de Yovegami Ascona Mora.
El documental de Ascona narra la vida de un pueblo costero en Oaxaca, donde sus habitantes, pescadores y campesinos, viven en armonía con la tierra y el mar, pero enfrentan la amenaza constante de las inundaciones y el despojo territorial. La película muestra la resistencia de la comunidad ante la fuerza de la naturaleza y las presiones externas, destacando su apego a sus raíces y tradiciones.
[Noticia en desarrollo. Habrá más información en breve].
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