<p>Agosto de 1983. <strong>Israel </strong>acaba de firmar el acuerdo de paz que pone fin a la segunda<strong> invasión del Líbano</strong>, durante la cual se han cometido las matanzas de Sabra y Shatila, así como el Sitio de Beirut. Dos fotoperiodistas, el australiano Tony Clifton y la francesa Catherine LeRoy, han documentado en un libro, ‘God Cried’, los efectos de la incursión israelí. Tras contemplar sus imágenes, el escritor <strong>Roald Dahl</strong> (Cardiff, 1916-Oxford, 1990), conocido por sus libros infantiles y juveniles (‘<strong>Matilda</strong>’, ‘<strong>Charlie y la fábrica de chocolate</strong>’), escribe un polémico texto cargado de mensajes antisionistas y antisemitas. La concesión de una entrevista para aclarar el asunto no hace sino añadir leña al fuego. En esa circunstancia, la segunda mujer de Dahl convoca a los editores británico y estadounidense del escritor a una comida con éste, para convencerlo de que emita una disculpa pública.</p>
El veterano actor encarna al autor de ‘Charlie y la fábrica de chocolate’ en ‘Gegant’, un montaje sobre su judeofobia que se estrena este sábado en el Festival Grec de Barcelona
Agosto de 1983. Israel acaba de firmar el acuerdo de paz que pone fin a la segunda invasión del Líbano, durante la cual se han cometido las matanzas de Sabra y Shatila, así como el Sitio de Beirut. Dos fotoperiodistas, el australiano Tony Clifton y la francesa Catherine LeRoy, han documentado en un libro, ‘God Cried’, los efectos de la incursión israelí. Tras contemplar sus imágenes, el escritor Roald Dahl (Cardiff, 1916-Oxford, 1990), conocido por sus libros infantiles y juveniles (‘Matilda‘, ‘Charlie y la fábrica de chocolate‘), escribe un polémico texto cargado de mensajes antisionistas y antisemitas. La concesión de una entrevista para aclarar el asunto no hace sino añadir leña al fuego. En esa circunstancia, la segunda mujer de Dahl convoca a los editores británico y estadounidense del escritor a una comida con éste, para convencerlo de que emita una disculpa pública.
La recreación de esa velada conforma ‘Gegant’, espectáculo que se estrena este sábado en el Festival Grec de Barcelona y que supone la primera adaptación fuera de Reino Unido del debut como dramaturgo del director Mark Rosenblatt. Dirigido por Josep Maria Mestres, el montaje cuenta con Josep Maria Pou (Mollet del Vallès, 1944) como Dahl, una figura que en los últimos tiempos ha sido objeto de cancelaciones y revisiones debido a su judeofobia, pero también por los estereotipos raciales y sexuales de sus personajes. Así, en 2023 ‘The Telegraph’ reveló que Puffin, división infantil de Penguin, había publicado ediciones expurgadas de sus títulos más conocidos, de ‘James y el melocotón gigante’ a ‘Fantastic Mr. Fox’, eliminando o alterando cientos de palabras para «no herir sensibilidades».
«Es un personaje muy complejo, con una mente capaz de despertar la fantasía y la capacidad de imaginación de millones de niños y adolescentes mediante sus libros, pero al mismo tiempo una persona de trato difícil», le describe Pou en un descanso de los preparativos del estreno. «Había sido piloto de aviación de la RAF durante la Segunda Guerra Mundial y tenía muchas heridas de guerra, lo cual le proporcionó como secuela dolores en el cuerpo a lo largo de toda su vida y una vida a base de analgésicos», prosigue su retrato. «Tenía un sentido del humor muy especial y creaba alrededor suyo un ambiente nada confortable. Llegó a decir que sólo se encontraba a gusto rodeado de niños».
A Pou le resulta especialmente pertinente el estreno en España de ‘Gegant’, justo cuando se repiten situaciones similares: matanzas de miles de personas a manos de Israel y llamadas al boicot contra los intelectuales hostiles a los judíos. «Dahl se declaró sin ningún tipo de dudas, no ya anti-israelí sino antisemita, y llegó a pedir la desaparición del Estado de Israel, y casi de todos los judíos del mundo», recuerda Pou. «Eso provocó una reacción brutal en Inglaterra y EEUU. Creo que fue una de las primeras veces en la historia en que casi todos los libreros se plantearon el boicot a sus obras, cosa que no llegó a producirse». Su figura quedó manchada «y la visión que se tenía de él no pudo apartarse de su declaración de antisemitismo radical», una manifestación que, según Pou, «tiene mucho de racismo».
«Lo curioso y paradójico», prosigue el actor, es que «él nunca quiso desdecirse, por mucho que le insistieron familiares, grandes autores, amigos y editores para que, simplemente, escribiera una nota de disculpa. Como persona de convicciones muy firmes, se negó y murió sin retractarse. Sus herederos, hijos y nietos, lo hicieron en su nombre hace unos cinco años, lo cual no deja de ser hasta cierto punto injusto con la voluntad del muerto».
Pou señala que el tema central que ocupa la función es «la discusión sobre el Estado de Israel, la actuación de Israel con respecto al resto del mundo, la situación de los judíos… Es decir, estamos hablando de lo que está pasando en este mismo momento en el mundo».
Así, la función «se sigue como un partido de tenis de máxima rivalidad», explica Pou. «He visto cómo el público se levanta enardecido, como si él mismo hubiera participado en ese debate». Todo ello, «evitando los radicalismos: ni blanco ni negro, ni Israel ni Palestina». Un debate donde cada uno expone su postura pero se evitan maximalismos. Nada que ver con esa mentalidad de ‘yo soy del Barça y yo del Madrid’, ‘yo soy pro palestino y yo soy pro israelí’, sin matices ni transiciones». Todo ello, con un aprovechamiento al máximo de los recursos: «Como ya dijo Lope de Rueda hace muchísimos siglos, el teatro necesita de un carro, una manta y un actor, nada más».
Pero, por encima de todo, lo que hay en ‘Gegant’ es «un personaje teatralmente muy atractivo», concluye Pou. «Está tan lleno de contradicciones, es al mismo tiempo tan odioso y en algunos momentos tan humano, que casi llegas a entenderle».
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